lunes, 22 de febrero de 2010

Reflexiónar sobre la Paz

Vamos a Reflexiónar sobre la Paz...

Comentando la Carta de la Paz dirigida a la ONU deduzco la paz - como un concepto idealizado, porque en el concepto critico, la paz como acto creativo, se nutre de los elementos de la realidad (contexto histórico, social, económico, ideológico, cultural, psicológico, etc.) En este sentido la Carta de la Paz aunque se inscribe en el cuadro documental, según mi interpretación, es en realidad un acto artístico (muchos lo admiran, aplauden, se acuerdan e interpretan, y nadie desde que surgió la Carta en 1993, actúa). Su impacto requiere aprendizaje e implica muchos procesos.
En realidad, las preocupaciones del siglo XXI suman algunas preguntas básicas: ¿Que es lo que elige el individuo y la humanidad? ¿Convivencia o Coexistencia?, ¿Identidad o Diversidad?, ¿Globalización o Identidad cultural? La Carta de la Paz nos hace pensar sobre la evolución histórica, porque si la historia hubiera sido diferente nosotros no estaríamos aquí, aunque sin embargo, este hecho no puede hacernos solidarizarnos con los errores del pasado histórico. El matiz no es pequeño, porque una cosa es reconocer el error y otra es admitir la culpa. Siempre hay que reflexionar sobre el contexto, no vamos a juzgar a los alemanes por Hitler, ni a los rusos por Stalin, aunque siempre me pregunto ¿porque en el siglo XXI todavía metemos al Islam en el paquete Ben Laden?, ¿porque etiquetamos a Miloshevich como El Carnicero de los Balcanes?
Es obvia la respuesta, es una consequencia del realismo político, porque todo relacionado con la historia no es solo una cuestión ética, sino que representa el realismo existencial. En cambio, en el siglo XXI se prefiere recurrir al discurso globalista y a la profecía de Samuel Huntington, nombrando la Paz “un trabajo a partir de 11-S”. Es solo mi visión, o ¡¿deverdad se piensa que Huntington es un profeta?!, entonces no hay un peor ciego que el que no desea ver, a Huntington tendremos darle las gracias por escribir una realidad existente desde siempre, pero no utilizar sus conceptos como razón para empezar las guerras contra el Islam. La diferencia entre Cristianismo e Islamismo, Occidente y Oriente es milenaria, nadie tiene el derecho de pretender que uno es mejor que otro, ni que uno podría ganar al otro.
Vivimos en el mundo prebélico, porque el mundo siempre ha sido muy inestable e incontrolable y no por la razón ideológica, sino geoeconómica y geopolítica. La Paz de hoy es imperfecta – pero sabemos que ella anima el conflicto. La guerra es estructural, ningún siglo hemos vivido sin guerras. Para lograr la Paz, nos hace falta tanto: ceder, perdonar, aceptar, asimilar, aguantar, no-aspirar, resignar, etc.
Cuando toda la humanidad pueda sentir estas cosas, solo entonces, habrá Paz. Las respuestas están en la naturaleza humana. La Paz no es un bien tangible, es un concepto frágil defendido en parte por razones económicas, geográficas, políticas, filosóficas, sociales, culturales etc. pero nunca por razones unánimes, solidarias o globales.

Gureu Tatiana Yulii

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