Hablar de la paz no es una tarea fácil. Más después de haber escogido (por pura casualidad) una nota con la que me encuentro muy en contacto pero que al mismo tiene esos matices tan altruistas con los que mi mente se enfrenta día tras día. La nota en cuestión es la realizada al Presidente de la ONG Justicia y Paz (entre otros cargos importantes en estos temas referidos a la paz) Arcadi Oliveres (VER NOTA), la que me dejó un sabor agridulce al terminar de leerla. Ideas tan claras, conceptos tan acertados y apreciaciones tan correctas hacen creer que hay gente que lucha por una “paz positiva” y hace esfuerzos para concienciar al pueblo de la necesidad de crear un mundo más justo. Pero al mismo tiempo, y como el plantea, ¿Cómo es posible un mundo más justo, con tanta desigualdad?
Creo que si no se reduce la desigualdad (porque eliminarla es una tarea imposible) el concepto de paz entre pueblos es algo difícil de pensar. Hay un concepto muy acertado en esta nota que rescato, y tiene que ver con la idea que poseen los países desarrollados en tratar de ayudar de forma superficial a los más necesitados. No va a existir paz mientras reine la desigualdad, y esta no va a disminuir hasta que los más poderosos renuncien un poco a sus riquezas. “No todos pueden llegar a tener el nivel de vida que tenemos, ya que no hay recursos suficientes en el planeta para que todos tengan la misma energía, industria, papel o agua de la que disponemos”.
Entonces, ¿la paz esta en manos de los países más desarrollados? Es claro que en este mundo con tendencia capitalista nadie pretende renunciar a nada, pero yo prefiero no ser pesimista. No todo esta supeditado a la desigualdad. Hay otros factores que están implicados en el constante proceso de paz en el que nos encontramos. Y existen valores muy nobles como la solidaridad, la cooperación, la integración, que nos alienta a pensar que poco a poco, paso a paso, iremos construyendo una concepto de un mundo más justo, y con eso, más cercano a una idea de paz.
Porque por cada nueva ley de extranjería que se crea en cualquier rincón del mundo, surgen ONGs para proteger a los inmigrantes. Porque por cada guerra que deja sus secuelas, hay gente dispuesta a arremangarle las manos y trabajar hasta el cansancio para contener y aliviar el sufrimiento. Porque por cada político que intenta enfrentar culturas e ideologías, hay muchas personas dispuestas a dialogar, a entenderse y trabajar juntas. Porque por cada vez que atentan contra nuestro planeta, hay personas que se manifiestan una y otra vez a favor del medio ambiente. Porque por cada joven que se alista a un ejército, por cada millonario que duerme tranquilo de noche, por cada político que no escucha a su pueblo, hay un nuevo estudiante de carreras de Paz, hay un nuevo voluntario que va a trabajar a lugar remotos sin esperar nada a cambio, hay un médico que va a curar por amor al ser humano, hay millones dispuestos a sacrificar un poco de su bienestar para hacer mejor el del otro.
Esta claro, somos una minoría, pero ya “somos”. Tenemos identidad y tenemos conciencia, y de a poco se nos irán uniendo muchos más, y quien dice, si todos nos vamos contagiando, algún día, quizás algún día, podamos ser una voz lo suficientemente fuerte para hacer temblar los modelos actuales. Eso espero, eso quiero, pero por sobre todo, eso sueño.
Mauro Rodríguez Peralta
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