Aunque estamos viviendo una época de profunda crisis económica, en la que los recortes presupuestarios se aprecian en todas las empresas, también en las Administraciones públicas, lo cierto es que por lo que respecta a la presencia de Trabajadores Sociales en la enseñanza lleva recortada desde la creación de los Equipos Multiprofesionales de Educación Especial en 1982.
En dichos equipos multidisciplinares, se consideraba bastante o muy necesaria la aportación profesional de la disciplina del Trabajo Social.
Con posterioridad, en Andalucía se fueron creando más equipos de apoyo al sistema educativo: Servicios de Apoyo Escolar ( SAE ), Equipos de Atención Temprana y Apoyo a la Integración ( EATAI ), Equipos de Promoción y Orientación Educativa ( EPOE ) y finalmente, en 1995, todos los equipos mencionados se fundieron en los actuales Equipos de Orientación Educativa ( EOE ) para los centros escolares de Educación Infantil y Educación Primaria, complementándose éstos con los Departamentos de Orientación en los Institutos de Educación Secundaria.
Sin embargo, los efectivos de Trabajadores Sociales no experimentaron incremento alguno con la aparición de los mencionados servicios de apoyo a la escuela, como hubiera sido lo lógico, sino que éstos se fueron nutriendo principalmente de psicólogos, pedagogos y/o psicopedagogos, parece que por considerar que estos profesionales resultaban imprescindibles y no pensando lo mismo respecto a los Trabajadores Sociales.
Por otro lado, desde hace varios cursos escolares, la Consejería de Educación y Ciencia ha creado numerosos puestos de Educadores Sociales, actualmente trabajan unos 70 en Andalucía, en los centros catalogados como de educación compensatoria, ya impartan educación primaria o secundaria. No se entiende que en este tipo de centros, en los que las problemáticas sociales del alumnado son numerosas y diversas, sólo se haya pensado en convocar plazas para educadores sociales, que por supuesto, son profesionales muy útiles para trabajar con el alumnado sobre todo en temas de convivencia y disciplina. Pero ¿ y los Trabajadores Sociales para trabajar en el ámbito domiciliario con las familias de esos alumnos y alumnas? ¿ No será que la Consejería de Educación no aprecia con claridad la diferencia de cometidos entre Educadores y Trabajadores Sociales en el ámbito de la enseñanza?
Independientemente de la decisión adoptada por la Administración Educativa, tengo que afirmar con rotundidad como Trabajadora Social que pertenece a la misma desde hace 27 años que los profesionales del Trabajo Social, que no alcanzamos el número de 20 en toda la Comunidad Autónoma, tenemos en este campo un papel fundamental que paso a describir:
Por una parte, los dictámenes y las valoraciones del alumnado con discapacidad deben ser realizadas desde una óptica multiprofesional; en el caso de los EOE: psicopedagógica, logopédica, médica y por supuesto social; por ello y teniendo en cuenta las instrucciones de funcionamiento de los EOEs de la provincia de Cádiz para el presente curso escolar 2009/10, esa interdisciplinariedad se cumple si la Trabajadora Social interviene en todas y cada una de las valoraciones aportando su parcela profesional. Evidentemente, este reto resulta inalcanzable existiendo únicamente una sola Trabajadora Social para los dos EOEs de Jerez.
Por otra parte, tiene el mismo o aún más sentido su intervención en la cumplimentación de los informes denominados de desventaja socioeducativa en los que, como su propio nombre indica, debe incluirse necesariamente la perspectiva social de cada uno de los alumnos y alumnas valorados.
En el caso del alumnado en el que se haya detectado desde el centro educativo algún tipo de maltrato, la intervención del EOE está regulada normativamente, por lo que, junto al orientador, la Trabajadora Social realiza tanto la valoración como la confección del informe posterior, otorgando orientaciones al centro sobre las actuaciones aconsejables en cada caso o derivando a los organismo o instituciones pertinentes en los supuestos que se considere necesario.
Así mismo, la orientación y/o tramitación de recursos diversos, tanto a los compañeros del EOE como a los Equipos Directivos de los centros constituye otra parcela que la Trabajadora Social realiza con mucha frecuencia y que resulta ser muy útil para dar respuesta a una casuística muy variada: minusvalías, alumnado afectado por separaciones matrimoniales, situaciones económicas…
La información y/o formación a las familias constituye otra de las parcelas en las que debe centrarse un Trabajador Social de la Delegación Provincial de Educación, especialmente la actuación preventiva con las familias del alumnado de la etapa de Educación Infantil, pues es en este tramo de la enseñanza donde comienzan a manifestarse los principales problemas relacionados con las normas, los límites y la disciplina, que después se agravan sobremanera en las etapas educativas siguientes.
Ni que decir tiene que los Trabajadores Sociales de Educación tienen que involucrarse en analizar la posible casuística que se esconde detrás de cada caso de absentismo escolar no justificado que aparece de forma más llamativa en la Educación Secundaria Obligatoria.
Resulta evidente que son necesarios unos profesionales intermediarios entre la escuela y la familia, que posibiliten que en las relaciones entre ambas instituciones: la escolar y la familiar, no se produzcan disfuncionalidades importantes y que al mismo tiempo sirvan de apoyo a una y otra; es decir: que ayuden a los padres a acercarse más al colegio o instituto de sus hijos, valorando la profesión docente y por otro lado, que proporcionen a los tutores la información sociofamiliar que resulte relevante en el proceso de enseñanza y aprendizaje de su alumnado.
Después de este somero recorrido por las actuaciones que un Trabajador Social realiza en el ámbito educativo ¿puede dudar alguien de su eficiencia en este campo profesional?. Espero y deseo que no.
Paula Prados Maeso
martes, 1 de junio de 2010
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