
Un repaso a algunas de mis lecturas de Zizek
He seguido su trayectoria desde hace unos diez años, en que lo leí por primera vez en la edición española de la famosa revista británica New left review. Por aquel entonces escribió "Cuando el partido se suicida" (n. 2, mayo-junio 2000) y "Por qué a todos nos encanta odiar a Haider" (n. 3, julio-agosto 2000). En el primero de ellos se refiere a algunos libros escritos sobre el estalinismo con la aportación de documentos sacados a la luz en los antiguos archivos secretos de la URSS. Frente a la idea errónea que se tenía acerca de que la represión llevada a cabo en ese país no era producto de un plan preconcebido, Zizek considera que ha sido consecuencia de una atmósfera de miedo en la que no se sabía lo que podía ocurrir. En el segundo artículo analiza la reacción mostrada en los países occidentales con la entrada entonces en el gobierno austriaco del dirigente xenófobo Haider, ya fallecido. Para Zizek se trata de una reacción hipócrita, en la medida que lo que defendía no era distinto a lo que los gobiernos social-liberales, entonces llamados de la tercera vía, estaban aplicando en el Reino Unido, con Blair, y Alemania, con Schöder. Para Zizek "el populismo de la nueva derecha es el suplemento necesario a la tolerancia multiculturalista del capital global"., añadiendo que "la participación de la extrema derecha en los gobiernos (...) es el precio que la izquierda paga por renunciar a cualquier proyecto político radical y por aceptar el capitalismo de mercado como el único 'juego posible'".
Las revistas Rebelión (electrónica) y El viejo topo (en papel) se han hecho eco de varios artículos suyos durante estos años y en alguna ocasión se ha publicado algún análisis de su obra. Voy a referirme a algunos de esos artículos, empezando por "El capitalismo, estúpidos, el capitalismo" (8-06-2007), donde se declara marxista "a la antigua" y reivindica la radicalidad de Lenin, Mao y otros dirigentes comunistas, pero no para imitarlos, aclara, sino para utilizarlos. Califica a las grandes explosiones de violencia como "signos de impotencia, fracasos". Y de Hugo Chávez, con el que se muestra crítico por considerarlo un populista, destaca como un logro el que consiguiera movilizar a las gentes de las favelas frente al golpe de estado.
En el artículo "Unas gafas para leer entre líneas a McCain" (Rebelión, 3-10-2008), escrito durante la campaña electoral estadounidense, con Jonh McCain y Sarah Palin al frente de la candidatura republicana, hace un análisis del programa de ese partido en pleno marasmo de crisis financiera. Denuncia el intento conservador de reducir dicha crisis a una desgracia menor y proponer como solución una menor intervención del gobierno federal. Por ello advierte que el peligro se encontraría en "seguir soñando", lo que conllevaría proseguir en la política intervencionista y agresiva de EEUU. Del mes siguiente es "La lucha de clases en Wall Street" (publicado en Le Monde y reproducido por Rebelión, 16-11-2008), donde analiza el plan de rescate financiero que se estaba gestando en los momentos finales de la presidencia de Bush y que Obama aplicó al empezar su mandato. Al final no se mordió la lengua: "Cuando somos sometidos a un chantaje como el del plan de rescate financiero, debemos vigilar la intención de dicho chantaje, y esforzarnos entonces por resistir a la tentación populista de dar expresión a nuestra cólera y darnos de golpes. En lugar de ceder a una expresión impotente como ésa, debemos dominar nuestra molestia para transformarla en la firme resolución de pensar, reflexionar de una manera realmente radical, de preguntarnos sobre el tipo de sociedad, que estamos en camino de dejar, que hace posible chantajes de este género".
Luis Roca Jusmet le dedicó un artículo titulado "Slavoj Zizek: nuevas propuestas desde la izquierda radical" (Rebelión, 17-12-2007, reproduciendo el publicado en El viejo topo). El análisis que hace de su obra se basa en libros como Estudios culturales (donde se encuentra "Multiculturalismo o la lógica cultural del capitalismo multinacional"), A propósito de Lenin. Política y subjetividad en el capitalismo tardío, La revolución blanda o Violencia en acto, entre otros.
En el artículo "Unas gafas para leer entre líneas a McCain" (Rebelión, 3-10-2008), escrito durante la campaña electoral estadounidense, con Jonh McCain y Sarah Palin al frente de la candidatura republicana, hace un análisis del programa de ese partido en pleno marasmo de crisis financiera. Denuncia el intento conservador de reducir dicha crisis a una desgracia menor y proponer como solución una menor intervención del gobierno federal. Por ello advierte que el peligro se encontraría en "seguir soñando", lo que conllevaría proseguir en la política intervencionista y agresiva de EEUU. Del mes siguiente es "La lucha de clases en Wall Street" (publicado en Le Monde y reproducido por Rebelión, 16-11-2008), donde analiza el plan de rescate financiero que se estaba gestando en los momentos finales de la presidencia de Bush y que Obama aplicó al empezar su mandato. Al final no se mordió la lengua: "Cuando somos sometidos a un chantaje como el del plan de rescate financiero, debemos vigilar la intención de dicho chantaje, y esforzarnos entonces por resistir a la tentación populista de dar expresión a nuestra cólera y darnos de golpes. En lugar de ceder a una expresión impotente como ésa, debemos dominar nuestra molestia para transformarla en la firme resolución de pensar, reflexionar de una manera realmente radical, de preguntarnos sobre el tipo de sociedad, que estamos en camino de dejar, que hace posible chantajes de este género".
Zizek y el multiculturalismo
El pensador esloveno parte, pues, del pensamiento de sus autores clásicos para analizar la sociedad actual y hacer sus propuestas, pero ante todo de otros pensadores como Freud, Reich, Heideger, Althusser, Lacan, Rawls o Rorty, entre tantos. Par él la globalización del capitalismo liberal va unido al multiculturalismo y el racismo cultural, que son los complementos del primero. Si el capitalismo se presentó en sus primeros momentos bajo el principio de igualdad de derechos, lo que fue denunciado por Marx por considerarlos formales, en nuestros días sigue ocurriendo lo mismo. La diferencia se encuentra en que la forma que tiene el sistema para legitimar el principio de desigualdad social es reivindicar el multiculturalismo, que conlleva la segregación de hecho en todos los ámbitos (social, territorial, cultural...), aunque sea bajo la ilusión de la identidad. Para Zizek este universalismo capitalista tuvo en la llamada tercera vía (Blair, ante todo) como su mejor expresión, aunque los acontecimientos del 11S acabaron por alterar la situación. Éste fue el momento en que se abrieron paso definitivamente las ideologías fundamentalistas y la confrontación entre ellas: desde las que dominan el mundo (en EEUU, durante la presidencia de Bush) hasta las que se constituyen como refugio de su malestar (las islamistas, por ejemplo, pero no sólo).
En la entrevista Zizek califica la ideología multicultural como racismo a la inversa. Como solución es radical en su propuesta de "crear un código de comportamiento para poder convivir". Y como acaba la entrevista, constatando un hecho, da mucho que pensar: después de lo ocurrido en los Balcanes en los años 90, existe una República Serbia de Bosnia con el 90% de su población reconocida como serbia. Es lo que quería Karadzic, que está detenido. y siendo juzgado. Zizek nos recuerda lo ocurrido con César, que murió asesinado para que tras su muerte se creara lo que buscada, esto es, el imperio. Se pueden poner más ejenplos (lo que ocurrió en España, durante el siglo XVIII con Esquilache, destituido por Carlos III ante las protestas por sus reformas, para ser sustituido por el conde de Aranda, que acabó aplicándolas; o en Hungría, con Janos Kadar, tras los sucesos de 1956...).
Amin Maalouf, en sus Indentidades asesinas, hace un cábala sobre un habitante de Sarajevo que en 1980 se habría proclamado yugoslavo; a finales de la década, ciudadano de la República de Bosnia-Herzegovina, miembro de una familia de tradición musulmana; en 1992 ya sería musulmán; hoy posiblemente diría que es bosnio y musulmán; y acabarpreguntándose lo que podría ser veinte años después. Y aquí está una de las claves del problema: ¿por qué hace 30 años se proclamaba de distinta manera de lo que hace hoy? No voy a responder, pues lo haré en otra ocasión. Pero las identidades, que en sí no son negativas, tienden a acentuarse en momentos de crisis, cuando la incertidumbre y la desesperación dificultan las respuestas racionales a los problemas. Las crisis, que sacan a la luz las diferencias sociales, las desigualdades...
Jesús Mª Montero Barrado
gracias por una informacion tan selecta
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