El reconocimiento del otro o mejor dicho el respeto a la diversidad como elementos básicos y primordiales de la sociedad son la nueva condición teórico-práctica sobre el cual se deben asentarse todos los proyectos educativos en el mundo, si queremos transitar hacia un futuro mejor, donde la paz y la tolerancia serán su eslogan y su lema.
La validez de todas las formas de conocimiento, de vida-tradiciones, criencias.etc-en la infilitud de sus particularidades, es la única vía para el desarrollo de la supervivencia de la humanidad o en otras palabras la vitamina o la proteína que garantiza su desarrollo.
Es cierto, que el pensamiento moderno, el conocimiento científico han intentado por muchos años desconocer otras formas de pensamientos, conocimientos y acción, condenando y relegando culturas, quienes en la actualidad y a la luz de las nuevas teorías intentan recrear, consolidar sus visiones, prácticas y valores.
La educación, es, sin lugar a dudas la vía adecuada, el camino llano y luminoso, perfecto, el espacio más integro, más certero, por el cual las sociedades modernas vehiculizan curricularmente su cultura, aunque debemos ser sinceros, que la educación sola no puede conseguir todo, ha de ser un empeño de todos los componentes de la sociedad y de sus instituciones. Pero eso, no implica que sea ella el factor primordial de cohesión y renovación social. Nadie duda, que la escuela es el medio que estandariza y desarrolla todos los proyectos que articulan el conocimiento y la convivencia de las sociedades.
Son legendarias las palabras de José martí:
˝Educar es poner al hombre al nivel de su tiempo ˝
No obstante, gran parte de las prácticas educativas y escolares han negado e ignorado las diferencias, las tradiciones, costumbres, etnias y culturas enteras, que con sus saberes han sucumbido ante el arrasador programa que homogeniza, excluye o discrimina otras formas y no hace falta citar ejemplos.
Estas cosas, nos hace siempre resaltar una serie de preguntas:
¿Cómo contribuir la actitud educativa mediante el fomento de una mirada diversa e intercultural?
¿Cómo transformar la concepción de la escuela, homogenizar lo excluyente por otra que abarca las diferencias y sobre todo que da valor a la diversidad como riqueza potencial?
Para contestar a estas preguntas, hemos escogido algunos puntos, que creímos ser útiles, eso sí, basándose en todo lo visto durante el curso.
Lo primero que se debe hacer, es identificar los grupos étnicos que tienen presencia, no solamente en los centros educativos, sino en toda el área geográfica de un país.
Generar espacios en cada escuela de reflexión en torno a la diversidad étnica, Lingüística, etc.
El uso del tiempo libre, en donde reinan semanarios, ponencias o cualquier otra cosa semejante que gira en torno al reconocimiento de esta diversidad.
Revalorar la escuela como un escenario de naturaleza intercultural, y no solamente de tolerancia.
Posicionamiento ante la diversidad, conciencia de la realidad multicultural por parte de toda la comunidad educativa, especialmente el profesorado que requiere una formación nueva y pionera en este sentido.
Señalar al proyecto educativo del centro como un proyecto social más amplio. Realizar cambios en las estructuras y contenidos de acuerdo con las exigencias de este Nuevo reto...
En fin, esperamos que estos objetivos sean llevados pronto a la realidad, es cierto que se hicieron muchísimos esfuerzos, pero la realidad deseada está muy lejos de lo esperado. Pero como se dicen date tiempo al tiempo y el aclarara todas las cosas.
JAD EL KHANNOUSSI
sábado, 10 de julio de 2010
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